Anoche, sábado 14 de marzo de 2020, las calles de la ciudad se convirtieron en la realidad más tangible a la que se han aproximado todas las series y películas de las ultimas décadas. Los efectos especiales no eran necesarios. Todo el mundo acató el papel que le tocaba en esta serie, que es el de siempre: ser un mero espectador de esta sociedad del espectáculo. La noche en que la ciudad hierve de gente y de júbilo , cuando clamamos nuestro merecido descanso tras 5 o 6 días de trabajo y podemos juntarnos a compartir, charlar y disfrutar, se convirtió de repente en un cementerio, un escenario apocalíptico que no podremos olvidar las que salimos como no olvidamos el intento de golpe de estado del 23F del 81 o en menor medida los atentados terroristas en Atocha en 2004, aunque en este último lo que se hizo precisamente fue salir a la calle para preguntarnos cara a cara qué era lo que estaba sucediendo puesto que no confiábamos en los medios. Mas esta vez, la gente dio por hecho que este gesto no tenía sentido y que los medios eran la clave, la plataforma dónde encontrarnos, unos medios que para nada son neutros y a los que les entregamos todo nuestro poder de comunicación.
El viernes 13 (¡Vaya, no había reparado en la fecha!) fue decretado por el gobierno el estado de “alarma” (https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Paginas/2020/130320-sanchez-declaracio.aspx) que vendría a ser el primer nivel de un protocolo de 3 niveles al que siguen el de “excepción” y el de “sitio”. No hay mucho que que decir al respecto, lo acontecido las pasadas semanas en otras partes del mundo no dan para menos que para decretar una “alarma”, un estado de alerta y precaución para evitar daños mayores o colapsos. Pero lo que anoche vimos en las calles no se correspondía con ese nivel 1 sino con el estado de sitio y el toque de queda, sólo que nada de esto ha sido decretado por el gobierno de la nación. Sin embargo, las administraciones locales han emitidos sus bandos cuyas medidas se acercaban por completo al estado de sitio: https://www.alicante.es/es/noticias/bando-ayuntamiento-alicante-medidas-restrictivas-y-preventivas-frente-coronavirus
Todo esto se resume en que ayer en la ciudad se clausuraban las playas y todos los espacios públicos donde se pudiera reunir gente, incluidos los bares y restaurantes:
El alcalde ha considerado que la decisión de cierre de las playas del término municipal de Alicante y de los parques y juegos infantiles es necesaria para poder hacer frente a la propagación del Covid-19 y ha explicado que “no sería lógico adoptar medidas preventivas como el cierre de bares y restaurantes y no prevenir concentraciones, aglomeraciones y desplazamientos innecesarios de personas en zonas como las playas y parques”.
Lo que se pretende (y de hecho se ha conseguido) es que las ciudadanas se queden en sus casas y esto me genera ciertas cuestiones:
- La gente necesita comer todos los días, así que los supermercados permanecen abiertos. Todas sabemos que los centros comerciales tienen una ventilación forzada y un aire acondicionado ya que son lugares cerrados. Y a un inexperto como yo se le ocurre que hay más posibilidades de contagio en un supermercado que en un mercadillo al aire libre, que obviamente han sido clausurados. Mientras que las agricultoras que viajan en sus furgonetas para vender en las calles a merced de las condiciones externas se ven obligadas a parar su actividad económica, los grandes centros comerciales vacían sus estanterías y se producen colas de 20 min para entrar a los establecimientos.
- La economía de este lugar es principalmente el turismo y en los últimos 3 días se ha producido la mayor oleada de despidos puesto que las medidas de clausura se han determinado que duren 15 días. Los empresarios han visto que van a tener que pagar a sus empleados sin obtener ingresos y han adoptado medidas drásticas que empobrecerán aún más al sector más vulnerable de la sociedad: aquel que vive al día.
- Estamos en domingo. Para mi, el día 1 de todo este escabroso asunto fue el miércoles. Antes de que se decretara el estado de alerta y los gobiernos locales redactasen sus bandos, la primera oleada de suspensiones se llevó a cabo a través de los medios. Todo festival, encuentro, charla, conferencia,… todos los eventos fueron de repente suspendidos por sus organizadoras, mucho antes de que las autoridades dijesen algo. Todo el mundo estaba viviendo el futuro a través de los media y el presente se tiñó de el. El viernes a la tarde/noche llegué a la ciudad y me encontré con la mayoría de comercios cerrados y apenas gente por la calle, todos los bares recogiendo sus terrazas y mobiliario y montones de espacios para estacionar el coche en pleno centro: un panorama asombroso pero ni de lejos cercano al que si vivió la noche siguiente, la del sábado 14.
- Alguna gente lleva afirmando desde ayer que a partir del lunes se va a decretar también las restricciones a la movilidad en coche, que nadie va a poder circular por las carreteras salvo causas mayores (que ninguna sabemos claramente cuáles serán pero todas hacen sus elucubraciones). Para mi, hoy domingo, esto es uno de los tantísimos bulos que corren por los medios, pero dado el estado de las cosas, ya no podemos estar seguras de nada puesto que todo toma unas connotaciones dantescas.
- Que nos manden a todas a casa como medida preventiva para evitar la propagación del virus es algo que tampoco me cuadra ¿Acaso piensan las autoridades que cada una de las ciudadanas vivimos solas en nuestras casas? ¿Que no compartimos nuestros hogares con familias? Y a todo esto, en algún momento vamos a tener que salir a un lugar cerrado a adquirir alimentos. Si alguien con más conocimientos pudiese explicarme este punto, me quedaría más tranquilo porque todo el mundo da por sentado que quedándonos en casa se va a frenar la propagación.
- Otra cosa que me pregunto es qué vamos a hacer en las casas sino seguir consumiendo medios. Porque mientras que el temor por la distribución de alimentos y ahora por los desplazamientos se acrecientan, la maquinaria mediática funciona al 200%. Internet y el resto de medios no han parado de registrar picos impensables antes de toda esta crisis. Los servidores de youtube deben de estar escupiendo fuego, la sociedad especula sobre las ventajas del teletrabajo y mis compañeras que hacen teatro comenzaron ayer a filmar sus espectáculos y emitirlos por streaming a través de Instagram para que las más pequeñas, que ahora no tienen colegio ni lugares de expansión como parques, puedan estar contenidas detrás de una pantalla sin entender muy bien lo que está pasando afuera ya que las mayores tampoco se lo acaban de explicar.
- A todo esto, como todo el mundo podrá imaginar, el panorama que describen los medios no es en absoluto esperanzador. Yo desde el miércoles me sumí en una estricta dieta de medios, decidí que de todo cuanto me enterase, nada fuese a través de los medios y para ello me salí de todo grupo que hablase sobre el virus. Pero el resto del mundo está pasando estos días pegado a una pantalla que tan sólo lanza mensajes apocalípticos, fakes de todo tipo perpetrados por quién sabe qué poderes, un sinfín de memes, de ideas que tan sólo pueden provocarnos depresión. Y como todo el mundo sabe, quien se encuentra deprimido, baja sus defensas. Y quien tiene bajas sus defensas tiene muchísimas más posibilidades de enfermarse a causa de un virus. Por lo tanto, no entiendo bien a quién benefician estas medidas para evitar la propagación y contagio del virus.
- Como decía antes, es domingo. Nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar mañana lunes, pero supongo que mucha gente va a necesitar ir a trabajar como todos los días ¿Qué va a suceder entonces? ¿Serán los lugares de trabajo considerados espacios de propagación del virus y por lo tanto clausurados o se quedaran en un limbo indeterminado como los centros comerciales? Mañana se sabrá.
Particularmente presiento que todo esta crisis no es más que una prueba de los medios para medir su poder -o al menos así quiero creerlo, porque si no es un simulacro nos va a pillar muy desprevenidas-. Siento que en esta pandemia, el verdadero virus no es más que el meme (https://es.wikipedia.org/wiki/Meme), una idea que como los genes, tiende a reproducirse salvando todo obstáculo como si de un ser vivo se tratase (como los genes, de ahí su nombre, salvo que el meme no pertenece al reino biológico) y que el coronavirus no es más que el sustrato sobre el que se expande de forma viral la idea del pánico, del miedo atávico a las pestes que viene encapsulado en nuestra memoria genética.
No quiero con esto dar a entender que no hay por qué alarmarse ante el virus biológico. Lo que quiero apuntar es que tras el, existe claramente una manipulación continua que entre todas generamos con nuestro consumo de medios y que igual que nuestro consumo de alimentos y productos modifica la producción de estos y conlleva la catástrofe ecológica en la que vivimos, el consumo de medios conlleva una manipulación de nuestra visión de la realidad que transforma completamente esa realidad.
Veo de fondo una gran ola, un remolino, una enorme turbulencia mediática a través de los medios hegemónicos en la que gobiernos y ciudadanía no tienen nada que hacer ni decir. Se ven venir la ola, la ven acercarse más y más y cuando la ven encima ya hay tanto miedo en la sociedad que las decisiones que se toman se vuelven drásticas: nadie está dispuesto a asumir la responsabilidad sobre lo que pueda suceder, hay demasiado miedo y demasiados intereses en juego. El poder de los gobiernos palidece ante la hegemonía del gran poder que hoy día han adquirido los medios. Y ese poder se lo otorgamos entre todas, con nuestro continuo consumo de medios. Nada puede frenarlos y nos coartan de salir a la calle, de juntarnos y vernos las caras para poder comunicarnos directamente, sin sus dispositivos. Todo se organiza para mediar cada vez más y más nuestras relaciones por parte de entes sin escrúpulo y gracias a nuestro pasivo “activismo” a través de las redes.
La cuestión a día de hoy es: ¿Quiénes detentan la autoridad? ¿Quién o quienes son las autoridades, las que a través de su conocimiento profundo de la situación son capaces de esgrimir soluciones para la población y cómo diferenciar a estas de la autoridad impuesta a través de los decretos, las leyes y las ordenanzas basadas en el miedo que se contagia a velocidades vertiginosas a través de los medios y que nadie parece poder (¿querer?) frenar?
¿Cuánto vamos a tardar en vernos en las calles?
Addendum 1
Se me olvidó comentar que anoche sábado a las 23:30h, uno de cada cuatro coches que circulaban por las calles eran de las fuerzas del orden: policías nacional, local, portuaria, guardia civil, protección civil y otras que hasta el momento jamás había visto. Las calles de la ciudad se vieron iluminadas del color azul led característico de los comandos. Cualquier que saliera anoche de su casa y viera tal espectáculo no podía llevarse otra sensación a casa que el desasosiego.
Repasando el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 (https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2020-3692) nos encontramos lo siguiente:
Artículo 7. Limitación de la libertad de circulación de las personas.
Durante la vigencia del estado de alarma las personas únicamente podrán circular por las vías de uso público para la realización de las siguientes actividades:
a) Adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad.
b) Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
c) Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su prestación laboral, profesional o empresarial.
d) Retorno al lugar de residencia habitual.
e) Asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
f) Desplazamiento a entidades financieras y de seguros.
g) Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad.
h) Cualquier otra actividad de análoga naturaleza que habrá de hacerse individualmente, salvo que se acompañe a personas con discapacidad o por otra causa justificada.
De lo que se extrae que básicamente la inmensa mayoría de los casos en que uno circula con su coche están contemplados. De ahí a que “esté prohibido circular en coche bajo pena de multa” dista mucho. Y de ahí a que “la policía está parando coches e impidiendo su circulación y multándolos” también hay una gran distancia. Pero lo que ahora mismo inunda las redes son las sanciones milenarias a personas que iban tranquilas en su bici o coche con la intención de crear miedo. Prácticamente la inmensa mayoría de las noticias que circulan por los medios son bulos, fakes, .. todas al servicio de la pandemia de pánico.
Me ha llegado este otro artículo que parece muy bien documentado donde se desmiente que el coronavirus vaya a tener los efectos devastadores que algunas están atribuyéndole y en el cual se ve las diferentes reacciones de los diferentes países ante la “amenaza” que ni de lejos creo que presente un aspecto como el que estamos viviendo aquí en las ciudades (al menos en la mía donde he pasado estos dos días): https://www.actasanitaria.com/medidas-contra-el-coronavirus-tan-drasticas-que-pueden-provocar-mas-dano-del-que-eviten/
Otra cosa que no puedo comprender y que espero que alguien me explique es por qué no podemos circular 2 personas en el mismo coche (salvo excepciones justificadas) pero sin embargo el transporte público, si bien van a aumentar las medidas de higiene, no se va a suspender. Es decir: podemos estar en casa con la familia contagiándola o siendo contagiadas, pero no en una terraza al aire libre, en la playa o en un parque leyendo. Podemos comprar en los supermercados pero no en los mercadillos al aire libre. Podemos ir en transporte público pero debemos de ir solas en nuestro coche. Y con estas medidas mágicas, la pandemia se va a contener. (????)
Y en otro orden de cosas, el artículo sobre la crisis en la wikipedia dice acerca de la “desinformación y las teorías conspiratorias” (https://en.wikipedia.org/wiki/2019%E2%80%9320_coronavirus_pandemic#Misinformation_and_conspiracy_theories) que Google, Facebook y Tweeter anunciaron medidas de filtrado y borrado de contenidos de aquellas teorías que sean consideradas falsas ¿Consideradas por quién? ¿Quiénes son entonces la autoridad? ¿Cómo nos podemos informar a través de medios que no sólo no son neutros sino cuyas ganancias en estos momentos son las más grandes de toda la economía mundial? ¿Acaso existieron alguna vez medios neutros? Pero es ahora, cuando los medios se convirtieron en los grandes gigantes de esta nueva versión del capitalismo, lo que se ha dado en llamar el capitalismo informacional (o de la información) cuando comenzamos a verle los cuernos al toro.
Addendum 2 (16 de marzo)
Tenía que pasar el fin de semana para que, si bien aún no hemos salido a las calles -para ello es para lo que se ha preparado el sistema-, al menos corrieron las primeras voces.
Hoy me ha llegado un chiste que resume todas mis cuestiones, aunque sin respuesta:
Ha sido, sin embargo, con este artículo del diario “El salto” con el que me han venido de golpe las respuestas:
Básicamente se resumen en que todas las medidas adoptadas por el gobierno, este estado de sitio en el que han convertido a una “razonable” alerta sanitaria, no están diseñadas para frenar la pandemia tanto como para evitar la revuelta social ante esta nueva reconfiguración de matrix que está sucediendo de fondo. Y es que este siempre fue un territorio de revoltosas -y ojalá siga siéndolo-.
Quedarse en casa es no poder salir a la calle y todas sabemos que siempre la lucha se fraguará en la calle, viéndonos las caras y abrazándonos, sin necesidad de lavarnos las manos como acto de irresponsabilidad sino tomando la responsabilidad por bandera como único camino a la libertad.
Para ser comunidad y defenderla hemos de ser, ahora, multitud porosa. Para preservar la salud del común tenemos que aprender, en este momento, a ensanchar sus espacios físicos, a ser archipiélago. Y todo ello, recogiéndonos, abriendo la distancia precisa entre nuestros cuerpos, mirándonos con calma en el espejo de una crisis que nos está poniendo frente a la quiebra de acuerdos civilizatorios básicos por parte del Mercado y de sus sacerdotes. La enfermedad nada con libertad en el mar del desorden social y ecológico impuesto por el Capital, de cuya construcción moral ya nada es indisociable.
Manuel Nogueras
Frente al miedo, frente a la epidemia, todas las miradas se vuelven hacia la Comunidad y todo lo que esta ha sabido construir. Porque a la hora de la verdad nuestro refugio, nuestra mejor trinchera es la cooperación. Ésa es nuestra naturaleza y esa condición es la que nos ha hecho sobrevivir como especie, siempre. Sin entenderlo, volvemos a ser nada, la nada disuelta en la ley del más fuerte. Aprendamos la lección y recordémosla a quienes defendían, a quienes seguro volverán a defender disolver todos los vínculos sociales tan trabajosamente elaborados. Libre Mercado es Dios, decían, y éste salió corriendo delante de un virus con corona.
Llenaremos de nuevo las calles de nuestros barrios, las alamedas, nos volveremos a abrazar porque estamos hechos, a la vez, para lo mejor y para lo peor, para el dolor, la resistencia y el goce. Nos mezclaremos más, cada vez más, porque ya sabemos qué es querer huir, sabemos qué es el miedo.
Toca determinación en combatir la estupidez y la mentira, evocar la esperanza, la fe en nuestras posibilidades, llorar cuando no haya otra y pelear, aún en forzadas y pequeñas soledades domésticas, amistosas, familiares, por el común, por reconstruir esas redes que invariablemente nos dejarán tocarnos, retornar al roce, a la libertad de disfrutar entre iguales. La palabra, aquí y ahora, solo puede ser Fraternidad, necesaria Fraternidad en la leve distancia, al otro lado del tabique. Y, siempre, una sonrisa optimista en cada Gran Evasión.
14 mar 2020 09:00
Addendum 3 (16 de marzo a la noche)
Quisiera añadir a esta bagatela un par de datos que me acaban de llegar que me permite profundizar un poco más en las costuras de toda esta “crisis”.
Por un lado, que todos los gobernantes saben que las crisis son los escenarios de fondo para las re-estructuraciones del sistema y que para que esos cambios se lleven a cabo, a pesar del velo del “accidente” o catástrofe, han de apoyarse en las fuerzas del orden y las leyes, es decir, poner en juego a todo el aparataje del sistema, a sus pilares, las herramientas que los hacen capaces de imponer el orden (vertical) y así es como se está trabajando en esta nueva versión del feudalismo 6.0: Se decreta (legisla) el estado de “alarma” desde arriba, a nivel local actúan como una mafia, acrecientan las medidas usando todos los medios del orden posibles para una simple alarma -si fuera una emergencia ¡No quiero pensar qué más sacarían a la calle!-, los medios privados más poderosos en este momento -entiéndase, los grandes gigantes de internet, las telecomunicaciones y los medios-, se alinean con el poder ejecutivo y se encargan del kaos informativo, de influenciar nuestro pensar, condicionar y moldear nuestros deseos, nuestros miedos, filtrar todo aquello que no sirve a los intereses del nuevo capitalismo, simplemente nos tienen hipnotizadas y hacemos lo que nos dicen a través de la sugestión y la coacción continuas a las que nos sometemos detrás de la pantalla.
Hablando con un par de amigas, uno de ellos funcionario, me decía que estaban implementando el teletrabajo y me preguntaba si algo así habría sido posible en una situación menos crítica que esta. El funcionariado sin toda la infraestructura física (edificios enormes, mantenimientos, servicios, …) se abarataría bastante, me parece a mi. No sin dejar en la calle un sinfín de trabajadores de los sectores más precarios. Me pregunto dónde habrían puesto el grito los sindicatos si algo así se hubiese planteado hace escasamente 2 meses. Y ni qué decir lo que supondría revalorizar los edificios públicos si se vaciasen.
Vamos, que me cuesta creer que el teletrabajo en el funcionariado tenga vuelta atrás.
Y otra amiga me decía que en Argentina hablaban de empezar a escolarizar a los niños desde casa (!) y ahí, inevitablemente, me vino Google a la cabeza. El sueño de Google hecho realidad, encargarse de toda la infraestructura virtual de la educación. El sueño de todo estado hecho realidad: deshacerse del dolordewebos de la educación para dárselo a una empresa “neutra”, agubernamental, sin bandera, el paradigma de empresa del siglo XXI. Supongo que todavía nos parece un sueño ese panorama. Pero sin duda, son las crisis las que instauran tales cambios, antes impensables.
Nada nuevo. Todas sabemos que las crisis, siempre las pagan las pobres y que de ellas salen los nuevos ricos. Este es sólo un ejercicio para ir encajando las piezas, pero en realidad, siempre es lo mismo.